- En la semana de 4 diciembre, la clase de 2º ESO puso el punto final a la tercera Internarrativa del curso con un experimento de lo más impactante relacionado con las estructuras y mecanismos
En el ámbito de las estructuras y los mecanismos, uno de los aprendizajes más valiosos para el alumnado es comprender que la resistencia no depende únicamente del material, sino también de la forma y del modo en que se utiliza. Con este objetivo, han realizado un proyecto en el que demostraron que es posible construir estructuras sorprendentemente resistentes a partir de materiales que, a simple vista, no lo parecen, como el papel reciclado.
A partir de periódicos y folios reutilizados, fijando los extremos con pegamento de barra, cada estudiante fue enrollando el papel sobre sí mismo para formar tubos compactos. De esta manera, consiguieron fabricar 64 pilares que sirvieron como base estructural de cada proyecto. Este proceso, además de fomentar la creatividad, permitió trabajar conceptos de reciclaje, sostenibilidad y optimización de recursos.
Una vez construida la estructura, llegó el momento de ponerla a prueba. Para ello, se apoyaron en un principio fundamental de la ingeniería: la resistencia del triángulo, el único polígono que no se deforma cuando una fuerza actúa sobre él. Tras montar la estructura triangular, la sometieron a un test de compresión, comenzando con libros de texto y aumentando el peso hasta límites sorprendentes.
El experimento no solo evidenció la fuerza de las formas geométricas, sino también el entusiasmo del grupo, que culminó la prueba colocando sobre la estructura el peso de varios alumnos… ¡y del propio profesor! Una divertida y reveladora demostración de que el aprendizaje práctico deja huella, impulsa la curiosidad y convierte la ciencia en una experiencia memorable.