La mañana del miércoles se convirtió en una aventura maravillosa para los peques de infantil

Las clases de educación infantil han desarrollado a lo largo de estas semanas sus proyectos que han culminado el miércoles pasado con una acción de compromiso muy significativa al acercarse a la playa del barrio para limpiarla y aprovechar para hacer divertidos juegos en ella. A continuación, os compartimos una crónica de esa fantástica aventura:

«Tras recibir la visita inesperada de un villano semanas atrás, decidieron ponerse en marcha. Este malvado les decía que tenían que tener malos hábitos saludables como tomar una tableta de chocolate al desayuno, no comer verduras, no lavarse los dientes, tirar la basura al suelo en lugar de a las papeleras, etc.

Por suerte, también recibieron cartas de varios superhéroes: Naranja y Limón, Superyogui y Reciclín. Ellos intervinieron al ver el desastre que había causado Picamuelas en nuestras aulas, que no solo vino a darnos malos consejos, sino que también nos tiró la basura y muchas cosas al suelo de todas las clases.

Gracias a nuestros superhéroes aprendimos un montón de buenos hábitos, muy saludables y respetuosos con nuestro propio cuerpo y con el medio ambiente. Por eso, tras varias semanas aprendiendo muchas cosas, decidieron que sería una forma genial de terminar el proyecto haciendo una buena acción por el planeta: ir a la playa a recoger basura para que el mundo esté menos contaminado y, sobre todo, para que los animales marinos no tengan que sufrir las malas prácticas de los humanos.

Así que, sin dudarlo ni un momento, el miércoles por la mañana pusieron rumbo a la playa de Caranza con un agradable paseo. Al llegar se colocaron cada uno sus guantes y comenzó la búsqueda por la arena. Encontraron un montón de basura: latas de refresco, palos de caramelos, plásticos, tapones de botellas, restos de bolsas, colillas… Pero no todo iba a ser trabajar. Después de un buen rato de cuidado de la playa,  se sacaron sus guantes para poder disfrutar de juegos en la arena como construir castillos, hacer agujeros o encontrar tesoros marinos.

Como era de esperar, tanto trabajo y juego les dio mucha hambre por lo que se pusieron en marcha y continuaron su camino hasta llegar al parque de la ermita de Caranza donde, sentados en las mesas del merendero, pudieron disfrutar de una riquísima merienda y, al terminar, jugar un rato en el área de juegos.

Tras esta estupenda mañana, tocó volver al cole caminando para hacer el cierre del día y valorar todo lo que habíamos aprendido durante esa jornada. ¡No cabe duda de que nuestros/as pequeños/as se han ganado el título de vigilantes del medio ambiente!»

Galería de fotos. 

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