- La residencia de Arcas Reales acogió a los delegados de formación lasaliana de todas las obras educativas de la zona noroeste.
- La puesta en común de buenas prácticas y dificultades en el acompañamiento de la comunidad educativa, marcó el tema central de la jornada.
Los ecos del último encuentro de noviembre volvieron a hacerse un hueco en medio de la rutina educativa de nuestros maestros; para la escuela lasaliana, es fundamental dedicar espacios al crecimiento del grupo humano que habita en las escuelas, y dar respuesta a las necesidades de alumnos y familias en cada tiempo.
La gélida mañana dio comienzo con un tiempo de acogida marcado por el café compartido y una dinámica al más puro estilo “maestros de la costura”, sobre la importancia de tejer redes entre los educadores que animen a seguir firmes en la misión educativa. Preocupados de manera especial por aquellos que más necesitan la labor de un maestro cercano, los asistentes dedicaron un tiempo amplio a la revisión identitaria que formularon los equipos directivos días atrás; acompañamiento, crecimiento personal, pertenencia, vínculo con la comunidad educativa y cercanía fueron algunas de las palabras clave del día.
Tras un tiempo amplio de convivencia y comida, la jornada tomó su cierre con una sesión de Godly Play, para celebrar la vida y el encuentro en los valores que La Salle sembró en todos y cada uno de los educadores.